viernes, 13 de enero de 2012

l u z

El atardecer hace que el edificio me atrape.

Durante el día es una mole blanca que desearía hacer desaparecer de la línea del horizonte. Al atardecer, el sol lo transforma en una estructura animada. Le cede su energía, dándole el relevo al saber que va a desaparecer.

Las cosas no siempre son lo que parecen, cambian según la luz que les de y hay que esperar para verlo.