martes, 12 de enero de 2010

SOSA CÁUSTICA

Ayer en El Hormiguero, el programa de Pablo Motos, me enteré de que para derretir la nieve en Madrid (no sé si en otras ciudades será igual) utilizan sosa cáustica. Ya no se utiliza la típica sal, sino que es sal, con sosa cáustica, ya decía yo que tenía un color muy raro... Al parecer es mucho más efectiva. Esta tarde, cuando he salido del trabajo, he visto a las palomas y los gorriones comer nieve, y he pensado que ellos no saben que la nieve está intoxicada y que nadie se preocupa de ello. He pensado, ¿qué culpa tienen ellos de que cada vez que nieva se monte un cristo de la leche y que la única manera de que todo sea confort para nosotros sea intoxicar la nieve que luego pueden comer animales de todo tipo? siempre es así, al final siempre es así, vamos destrozando aquello que nos rodea, somos como una apisonadora, por allí por donde pasamos, arrasamos. Y nos da igual el resto del mundo, porque evidentemente, nosotros somos ¡¡mil veces!! más importantes que el resto de los seres que nos rodean y conviven con nosotros. A veces me da la sensación de que soy la única que se plantea estas cosas y la única que siente que no es más ni mejor que un gorrión, simplemente otro ser vivo.

Hace un rato, en el mismo Hormiguero, ha salido Fernando Tejero poniendo de vuelta y media a Gallardón, Esperanza Aguirre o Zapatero (ha dicho que no sabía muy bien quién es el responsable) porque ayer sacó a pasear a su perrillo y comió un poquito de la nieve y se intoxicó. Tuvo que llevarlo al veterinario y le tuvieron que poner suero intravenoso. Se puso muy malito. Y yo me pregunto, ¿qué derecho tenemos nosotros de hacer todo esto? ¿no existirá otra manera, quizá más tediosa pero menos perjudicial para el resto de la vida que nos rodea? ¿por qué pensamos tanto en nosotros y tan poco en nuestro entorno y todo lo que hay en él? Egoísmo, egocentrismo y lo peor, antropocentrismo.

martes, 5 de enero de 2010

NOCHE DE REYES


Creo que es la primera vez que paso la noche de reyes sin mi familia, es más, creo que es la primera vez que no la celebro o que no voy a tener reyes... Hace algún tiempo, era la noche más emocionante del año. Mi padre nos bajaba a la cabalgata con frío de horrores y mi madre nos esperaba a la vuelta con unas sopas de ajo bien calentitas y roscón de postre. Limpiábamos y colocábamos los zapatos debajo del árbol (recuerdo una bronca de mi padre por poner las zapatillas de casa, le parecía muy cutre...) y nos metíamos en la cama llenos de ilusión y emoción a partes iguales. Mi intención siempre era pillarles, quedarme despierta el tiempo suficiente o bien confiar en que con el ruido, me despertaría. Pero según mi madre, estábamos tan agotados y extasiados por el gran día que caíamos rendidos en la cama, y tampoco éramos de los típicos niños que se despiertan super pronto, mi hermano y yo siempre hemos sido bastante, bastante osos... así que nos levantábamos tardecito y abríamos los regalos con rapidez. Yo recuerdo pedir exactamente TODO lo pin y pon, y según mi madre, de bien pequeña, un puesto y un camino. El puesto me lo trajeron (todavía lo conservo... ¡y la de juego que ha dado, con su caja registradora, sus frutas y verduras...!), el camino no sabían muy bien cómo.

En mi casa seguimos conservando la tradición de escribir una carta a Sus Majestades los Reyes Magos de Oriente, poner los zapatos bajo el árbol y abrir los regalos con la mayor sospresa y emoción. A mi me encanta. Pero este año, por razones varias, estoy en Madrid; y la verdad es que me da un poco de pena, pero en fin, hay veces que las cosas tienen que ser como son, así que lo mejor será disfrutar de mi guardia de reyes, ¡¡que seguro que hay roscón por un tubo!!

El otro día, revisando fotos, vi algunas del día de reyes en la casa del río, aunque suene cursi ¿hay algo más bonito que la cara de un niño cuando abre los regalos que le han traído los reyes?