martes, 10 de marzo de 2009

LA ECHO DE MENOS


Echo de menos a mi abuela Loreto. Es curioso cómo puede echárse tanto de menos a una persona que nunca se ha conocido. A mi me pasa, me lleva pasando toda la vida, y es extraño, porque he oído muy pocas cosas de ella. Se habla poco de mi abuela Loreto. Pero por alguna razón yo la echo en falta muchísimo. A veces me sorprendo pensando en cómo sonaría su voz, qué cosas diría, qué pensaría, qué forma de ser tendría, ¿se parecería a mi? Me gustaría tanto haberla conocido... y de la misma manera envidio a los que sí lo han hecho.

Cuando yo llegué ella ya no estaba, me faltó un mes para conocerla, y cuando empecé a tener uso de razón, tampoco estaba, pero yo ya la echaba de menos. A veces me daba la impresión de que sólo existía en mi imaginación y en los álbumes de fotos, siempre esforzándome por crearme una imagen suya. El otro día cuando hablando de otras cosas con mi tío Carmelo, me dijo que mi abuela Loreto era la mujer más elegante que había conocido, que nadie como ella fumaba con tanta elegancia, pensé, ¿por qué será que yo precisamente la echo tanto de menos?

domingo, 1 de marzo de 2009

GRIS CLARO CASI AZUL


Me gustan los días como hoy. Salir de la guardia el domingo por la mañana cuando todo el mundo duerme o está en la cocina tomando el café, y lo único que se oye son los pájaros y el silencio de la mañana, más aún cuando esa mañana es gris pálido como la de hoy. Me gusta la luz que tiene y cómo se refleja en las gotas de agua que se quedan en los barrotes de mi balcón. Me gusta la calidez de la llegada de la primavera lluviosa de esta mañana plomiza. Es como si la luz pintara todo de tonos plateados y lo envolviera y encajara en un cuadro.

Me he quedado un rato mirando desde el balcón y después de mi abstracción habitual me he dado cuenta de que había bolsas, vasos y demás artilugios de botellón, al lado de la papelera. Por lo menos lo han dejado al lado, he pensado. En San Juan, cuando bebemos algo en la calle, siempre llevamos toda la basura a la papelera o contenedor, pero casi nadie lo hace. A veces pienso, ¿por qué hay gente que pinta en estatuas, paredes, monumentos, que destroza árboles, tira la basura en cualquier lado, que se divierte torturando animales, destruyendo cosas? ¿por qué yo no soy así? ¿por qué hay gente que tiene sensibilidad por ciertas cosas y gente que no, con exactamente la misma naturalidad? no recuerdo haberlo aprendido (aunque supongo que lo hice) pero hay cosas que simplemente no encajan en mi cerebro. Es como la xenofobia, machismo u homofobia. ¿Por qué directamente eso nunca ha sido una opción para mi? ¿por qué yo puedo entender que dos hombres se amen igual que un hombre y una mujer sin que eso me cause repugnancia o miedo? Después de ver Brokeback Mountain lo pensé, ¿qué es lo que hay en el cerebro que unas personas son incapaces de soportarlo y otras ni siquiera lo notan, de la misma manera pasiva, sin intención, como por inercia? Me causa una infinita curiosidad desde siempre.