domingo, 1 de marzo de 2009

GRIS CLARO CASI AZUL


Me gustan los días como hoy. Salir de la guardia el domingo por la mañana cuando todo el mundo duerme o está en la cocina tomando el café, y lo único que se oye son los pájaros y el silencio de la mañana, más aún cuando esa mañana es gris pálido como la de hoy. Me gusta la luz que tiene y cómo se refleja en las gotas de agua que se quedan en los barrotes de mi balcón. Me gusta la calidez de la llegada de la primavera lluviosa de esta mañana plomiza. Es como si la luz pintara todo de tonos plateados y lo envolviera y encajara en un cuadro.

Me he quedado un rato mirando desde el balcón y después de mi abstracción habitual me he dado cuenta de que había bolsas, vasos y demás artilugios de botellón, al lado de la papelera. Por lo menos lo han dejado al lado, he pensado. En San Juan, cuando bebemos algo en la calle, siempre llevamos toda la basura a la papelera o contenedor, pero casi nadie lo hace. A veces pienso, ¿por qué hay gente que pinta en estatuas, paredes, monumentos, que destroza árboles, tira la basura en cualquier lado, que se divierte torturando animales, destruyendo cosas? ¿por qué yo no soy así? ¿por qué hay gente que tiene sensibilidad por ciertas cosas y gente que no, con exactamente la misma naturalidad? no recuerdo haberlo aprendido (aunque supongo que lo hice) pero hay cosas que simplemente no encajan en mi cerebro. Es como la xenofobia, machismo u homofobia. ¿Por qué directamente eso nunca ha sido una opción para mi? ¿por qué yo puedo entender que dos hombres se amen igual que un hombre y una mujer sin que eso me cause repugnancia o miedo? Después de ver Brokeback Mountain lo pensé, ¿qué es lo que hay en el cerebro que unas personas son incapaces de soportarlo y otras ni siquiera lo notan, de la misma manera pasiva, sin intención, como por inercia? Me causa una infinita curiosidad desde siempre.

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