domingo, 23 de diciembre de 2007

FASCINACIÓN

Más de una vez he pensado en lo fácil que sería creer en algún dios. En cualquiera. En un más allá, en vida después de la muerte... en que hay alguien o algo que te protege y que si crees en él, te dará salud y buena fortuna, protegerá a los tuyos y te dará una vida feliz y plena.

Hace pocos años, en comparación con la historia de la civilización, que la humanidad ha dejado de creer con tanto fervor. La religión ha dejado de ser el epicentro de la vida de la gente, ha dejado de dominar y controlar todo. Yo llegué en un momento en el que ya me tocó de pasada. Por supuesto que hay gente de mi edad que es creyente, pero no es lo mismo que cuando oigo hablar a mi abuela o a gente de la edad de mis padres que creen en un solo Dios verdadero. Me fascina y me sorprende que haya gente que siga teniendo tanta fe y que hable de los momentos en los que sintió a Dios más lejos, que sintió que quizás no existía porque le estaba defraudando, porque no entendía su comportamiento (por ejemplo al dejar morir a un ser querido joven). Me fascina la seguridad con la que creen en alguien que fundó el mundo en seis días y el séptimo descanso, que protege a la humanidad, que castiga al malo y compensa al bueno. Me fascina las fuerzas que saca la gente en la adversidad de los problemas de la vida pensando que es otro el que se las da.

Yo nunca he podido creer, ni siquiera cuando me bauticé dos días antes de mi comunión, comulgué y asistí a catequesis durante años. Me hubiera gustado, porque todo se torna más fácil, la angustia y las responsabilidades se disipan porque siempre hay alguien por encima de ti y además no hay incertidumbre de por qué estamos aquí y de que hoy puedes estar, pero mañana no. Todo está dentro de un plan divino. Pero me es imposible creer. Me es imposible creer si sales del planeta Tierra y miras. Si ves que los niños se mueren de hambre, la gente se mata en las guerras, las mujeres sufren la condena de serlo y hay niños que trabajan en basureros y otros que levantan un fusil. Me es imposible creer cuando me doy cuenta de que somos tantos, tan distintos, con tantas religiones como tipos de árboles. Tanta diversidad, todo un universo...

Supongo que, al fin y al cabo, lo único que importa es ser feliz y cada uno se lo monta como puede.

Feliz Navidad y Próspero Año Nuevo, besitos y a ser felices.

lunes, 3 de diciembre de 2007

OTRA NAVIDAD MÁS...


Acabamos de empezar diciembre y sin embargo en todos sitios es ya Navidad. ¿Recordáis cuando la Navidad empezaba a partir del 15 de diciembre? recuerdo que después del puente de la Constitución empezabas a pensar en árbol, adornos, Belén... Madrid anochece iluminado. No negaré que es bonito pasear por las calles adornadas pero a cada rato frunzo el ceño y me cabreo. Tantas luces, tanta energía consumiéndose, por pura "glotonería". ¿Por qué somos tan irresponsables con los recursos de los que disponemos? ¿Por qué nos empeñamos en no ver más allá del palmo de nuestras narices? ¿Por qué nos imaginamos el resto del mundo no occidental como si sólo fuera una película? tanto gasto... me duele. El mismo dolor que cuando descubro que alguien se ha dejado un grifo abierto.

Realmente pensamos que nosotros somos los únicos, que todo es para nosotros porque para algo está ahí y que podemos hacer lo que queramos porque somos los que poblamos este planeta. Cuando a veces le digo a la gente que nosotros no somos más importantes que la cucaracha de la cocina, se sienten ofendidos y molestos. ¡Ah, claro! es que nosotros tenemos un Sistema Nervioso excepcional, una inteligencia sublime que nos hace especiales... si dejáramos de mirarnos tanto al ombligo y entendiéramos que estamos aquí por pura casualidad y que no somos los elegidos de nadie, quizás podríamos vivir con más armonía con el medio que nos rodea y saber valorar lo que tenemos. No penséis que somos únicos y especiales, simplemente somos el resultado de la evolución, y francamente, tampoco es tan maravilloso, porque no sabemos más que cargarnos todo lo bonito.